Uruguay Ciencia - Nº11 - Noviembre 2010
Hace 100 años que la lamparita común, la incandescente con filamento de tungsteno, está en uso. Se considera uno de los inventos más utilizados por el hombre desde su creación hasta la fecha. Es una mejora de la lámpara con filamento de carbón que inventó Thomas Alva Edison en 1879, aunque en realidad ningún inventor merece el crédito absoluto por la bombita, lo destacable del trabajo de Edison es que él llevó la idea del laboratorio a la comercialización, considerando no sólo problemas técnicos sino también aspectos económicos y de producción de las lámparas.
Su aparición fue un avance importante en la iluminación vial primero y de interiores después ya que resolvió infinidad de problemas que surgían del uso de luminarias que quemaban diferentes combustibles. El famoso incendio de la ciudad de Chicago, por ejemplo, se inició con la caída de una lámpara.
Una de las ventajas de la lámpara eléctrica frente a las que se usaban, es que podía quedar encendida muchas horas, además de que se podían colocar lámparas en muchos lugares, que iluminaban mejor... Esto llevó a que se pudieron iluminar fábricas y oficinas de modo de trabajar en mejores condiciones después de la bajada del sol, en invierno, lo mismo con los restaurantes y teatros, por lo que hubo un cambio importante en la actividad social debido a este avance.
Hoy la famosa bombita de luz es un símbolo de ineficiencia, de atraso. Es que la sociedad, y especialmente los gobiernos, han tomado conciencia del alto costo de la energía, y que es necesario ser eficiente. La lámpara incandescente transforma en luz un 10-15% de la energía que se le suministra, el resto se desperdicia. Por esto, en cuanto una de las alternativas, la lámpara llamada de bajo consumo, se volvió accesible técnica y económicamente en muchos países se estimuló, desde el gobierno, la sustitución de una por otra.
En Uruguay fue UTE quien desarrolló una campaña para fomentar el cambio de la lámpara incandescente por la de bajo consumo. Lo que faltó en esa campaña fue la información sobre cómo están hechas y cómo desechar las nuevas lámparas. Se reciclan o desechan con cuidado los tubolux y lámparas de bajo consumo de instituciones estatales, pero no hay un mecanismo racional planificado para que la población general acceda a esos procedimientos. Y la inquietud crece. ¿Es cierto que tienen mercurio y que éste es muy tóxico? ¿Será mejor seguir con las incandescentes? ¿Si no se deben usar termómetros de mercurio, porqué introducir al hogar lámparas de mercurio, tan frágiles o más, que los termómetros?
Esta quizás sea uno de los temas de los que se debería de ocupar la Academia Nacional de Ciencias, establecida por ley hace aproximadamente un año, y que está en proceso de consolidarse. Según Armando Parodi, investigador argentino y miembro de varias academias de ciencias, la de Argentina, Brasil, y Estados Unidos, quien escribe en este número sobre la academia uruguaya, la función de una academia es asesorar al gobierno y emitir opinión fundada sobre temas cruciales que interesan al país. Este es un tema crítico, la población tiene conciencia de la necesidad de ahorrar energía, y al mismo tiempo tiene conciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente. El uso de lámparas de bajo consumo satisface una de sus inquietudes, pero lo pone alerta frente a la otra.
Hay un conflicto interno en las personas, y a menos que el tema se analice seriamente y la información fluya horizontal y verticalmente en la sociedad, en la medida que cada uno resuelva su conflicto con cierta arbitrariedad, las opiniones pueden polarizarse y el conflicto pasar a ser social, lo que es más grave. Afortunadamente está desarrollándose un nuevo tipo de lámpara, mucho más eficiente, y mucho más amigable con el entorno que las lámparas de bajo consumo. Son las lámparas a LEDs. Aunque falten años para que su uso masivo se instale, es bueno prepararse. Es posible que como lo hizo la primer bombita eléctrica hace más de 100 años, se produzcan cambios sociales, pero además puede ayudar a sortear el conflicto actual entre ahorro energético o cuidado del medio ambiente.
Patricia Linn
Directora Uruguay Ciencia
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