El presidente de la República, José Mujica, ha resaltado en numerosas ocasiones la importancia de atender la educación, insistiendo en la educación en ciencias y en particular en matemáticas. El objetivo es claro: el capital de una sociedad y de un país está en la capacidad de su población, por lo que su desarrollo es primordial para poder participar en el intercambio, a nivel mundial, de bienes, servicios, ideas, conocimiento, etc.
La mayoría de los uruguayos comprende y apoya este objetivo. Es una oportunidad para que sumemos esfuerzos, y avancemos acompasados. Un marco para lograr esto fue creado al aprobarse, en febrero de este año, por el Poder Ejecutivo, el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, PENCTI. En esté número, la Dirección de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), informa en líneas generales sobre los conceptos que rigen dicho plan.
Además, dos conocidos integrantes de la comunidad científica tecnológica, Ricardo Ehrlich y María Simón, están a cargo del MEC, como ministro y viceministra. El ministro Ehrlich, en la entrevista que le realizara Uruguay Ciencia, resaltó, entre otras cosas, la necesidad de desarrollar la cultura en todas las áreas, para que, dentro de esa sociedad abierta y creativa, se desarrolle la cultura científica.
También se refirió al futuro Espacio Metropolitano de Ciencia y Conocimiento, cuya concreción se viene soñando desde hace cerca de 20 años por diferentes grupos de personas, integrantes de la comunidad científica tecnológica, sueño que posiblemente en pocos años empiece a cuajar. Sin embargo, como dijo Ehrlich, desde su cargo como ministro él puede actuar como promotor y articulador de las propuestas, pero es necesario que las propuestas aparezcan, que toda la comunidad, investigadores, docentes, profesionales y empresarios, se involucren, y que, a su vez, éstos involucren a artistas, diseñadores, actores, escritores, a la sociedad toda.
Por esto la noticia de que habrá un museo de ciencia debe leerse como que hay una intención de crearlo y un grupo de trabajo que canalizará y organizará las ideas, pero que sin nosotros, parafraseando a Juan Manuel Serrat, no habrá milagro. Es decir que, para que el museo exista, es necesario que cada uno de nosotros participe o, al menos, que muchos de nosotros participemos.
Sobre ciencia en Uruguay, se presentan tres notas de investigaciones realizadas en Uruguay, con diferentes grados de aplicación, mostrando el amplio espectro de la ciencia y de la ciencia uruguaya.
Uno de los desafíos más importante que enfrenta la ciencia es entender cómo funciona el cerebro en sus diferentes niveles de complejidad biológica. Una de las notas, de ciencia básica y teórica, trata sobre los estudios del funcionamiento del cerebro que investigadores uruguayos realizan, a partir de construcciones matemáticas que describen cómo se vinculan las neuronas.
Otra nota de investigadores uruguayos es de ciencia aplicada, experimental, de claro interés para la industria, en particular para los productores de cítricos. Esta nota está vinculada a la planta de irradiación experimental que instaló el Laboratorio Tecnológico del Uruguay, cuyos técnicos también presentan una nota sobre la irradiación de carne para aseguramiento de la calidad de los productos de exportación principalmente.
Una tercera nota de investigación científica se refiere a un área de la ciencia, la ecología química, que trabaja a la par en ciencia básica y aplicada, puesto que la distancia entre ambas es pequeña. Por ejemplo, en cuanto se comprende un sistema planta/insecto, rápidamente se pasa a comprender sistemas plaga/cultivo.
También en este número se hizo lugar para informar acerca de las expectativas de un grupo de estudiantes que representarán al país en la olimpíada internacional de química. Participar en dicha competencia ya es un logro, si además vuelven premiados sería un éxito completo.
